Pues sí, Camila, seguimos varias estrategias para que llegaras. Intentamos lo natural y lo sobrenatural.
Lo natural ya lo entenderás en Primaria, ahora no es el momento de expicarlo. Es suficiente que sepas que se tuvo que dejar la "semillita" donde correspondía.
Y lo sobrenatural me pilló de pardillo. Después de casarnos mamá y papá fuimos a la Gomera y ahí conocí la leyenda de los Chorros de Epina. Según se cuenta si bebes de la fuente en un orden determinado (según seas hombre o mujer) es inevitable el embarazo.
Te seré sincero, Camila. Estas son historias de tu madre. De hecho no fue casual que fuéramos allí. Fue una encerrona suya. Lo tenía todo previsto, de hecho hoy creo que fuimos a la Gomera precisamente para eso. Hasta en el pasaje del Fred Olsen debería decir algo así: Trayecto Santa Cruz- Epina.
¡Si la vieras, Camila, comenzó a beber que daba gusto verla, como si el chorro fuese a desaparecer y yo no dejaba de sonreír!
¡Y no!, ¡por supuesto que pensaba beber!... pero tenía mucha sed, con la mala suerte además de que se me había acabado el Seven Up.
Así que me acerqué... y bebí, pero mucho, de todos los chorros, los pares, los impares, de izquierda a derecha y viceversa.... ¡Casi pego la boca como en el chorro del patio del colegio después de jugar al fútbol!
Recuerdo entonces la cara de tu madre que me recordó la del trilero cuando sonríe porque has picado buscando la bolita debajo del vaso.
Eso fue en agosto, cuatro meses después en diciembre la vida nos avisaba de que venías. En uno de los "predictor" aparecían dos rayitas que me recordaban los chorritos.
Y esta es la historia, pero no te pongas triste Camila. Fuiste una hija deseada y siempre quisimos tu llegada, aunque también es verdad que no tener Seven Up aceleró un poco las cosas.
