Y a lo mejor la vida es mucho más sencilla de lo que
imaginamos. Mucho más sencilla de lo que creamos alrededor de ella, de los
traumas y las tragedias que nos creamos porque alguien no nos quiso como pareja
o porque tal amigo nos ha decepcionado.
Cero dramas. El primer y único mandamiento
debería ser la vida está para ser vivida. Y nada más. Y dejar bien lejos la
política, la religión, los malditos lunes e incluso el fanatismo del fútbol.
La
vida es lo que queramos hacer con ella. Y nada más. Así que ya sabes: vive y
desde que puedas…¡sonríe!