Durante tiempo, mucho tiempo, no he podido escuchar esta canción. Así de claro, así de crudo. Por el revoltijo de emociones que generaba en mí. Recuerdo escucharla algunas semanas antes de que mi madre falleciera y la asocié a todo el proceso terminal de la enfermedad. Suscribo, entiendo y comparto cada palabra de su letra, el sentimiento de soledad, la angustia ante la pérdida y esa horrorosa sensación de que el mundo se tambalea bajo tus pies.
Pero por otro lado, también comparto la esperanza de que dondequiera que esté, como dice la canción, al menos durante un tiempo se vuelva la luna al menos durante un momento para poder contemplarla.
