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Nunca fui muy partidario de Piqué. El incidente en la carroza de la selección cuando escupía por la espalda a un directivo le retrató perfectamente. Parecía una víctima del síndrome del divisimo, de egos inflados como Sara Montiel, Rocío Jurado y demás personas que se creen por encima del resto. Si alguien es mejor que nadie porque juega al fútbol y gana una pasta pues apaga y vámonos.
Acaba de hacer público (aunque ya se había dejado entrever) su sentimiento catalanista y a favor de la separación de España.
Me parece totalmente lícito y además, en mi caso particular, soy proclive a que cada región determine su futuro y que la gente debe ser libre para decidir. No en vano, mi valor principal es y ha sido la libertad.
Pero ahí no está el debate. El tema es la incongruencia. Entonces ¿Para qué has jugado con la selección? ¿Por la pasta que te pagaban? Porque está claro que por sentir los colores no los sientes.
Y si lo haces por dinero.. ¿no puedes prescindir de ese dinero por defender un valor? ¡Qué sentimiento es ese que lo vendes por dinero cuando ni siquiera necesitas ese dinero para vivir!
Está claro que si tienes falta de dinero puedes trabajar en una empresa con la que no comulgas porque la necesidad aprieta, pero tú, ¿qué necesidad tienes?
Ahora estará el misterio de si estás lesionado de la espalda y no juegas con la selección por eso y comenzarán a tejerse cortinas de humo.
Da la cara, di que eres catalanista y eso te implica que no puedes jugar con la selección española. Seré el primero en aplaudirte. Ojalá fueras así, pero me da que no lo eres. Si fueras digno como para eso tampoco habrías escupido por la espalda al directivo de la selección.
Te felicito porque con tus gestos te has hecho tu propio autorretrato.
