Una de las decisiones más importantes en la vida es decidir qué estudiar y qué profesión vas a desarrollar. Por término medio dedicamos un tercio de nuestra vida a trabajar por lo que poder desarrollar nuestra labor profesional en algo que nos gusta nos garantiza ese 33 por ciento de felicidad.
Siempre he contado que una pedagoga me desanimó con 17 años de edad a estudiar psicología. Al final con 25 me di cuenta que era lo que me apasionaba. Menos mal que pude actuar pese a su consejo.
Tal vez me hubiese ayudado en aquella época una herramienta como el IPPR (TEA EDICIONES), que analiza tu interés en 14 ámbitos profesionales.
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