La gente no cambia por ti. La gente cambia por sí misma. Aceptarlo es una cura para uno de los grandes motivos que nos hacen sufrir: las expectativas ajenas, querer que el otro haga lo que nosotros queremos o que sea como nosotros deseamos.
Seguramente puedes pensar ahora en cosas que ni tu mismo haces por ti (dejar de fumar, hacer ejercicio, levantarte antes, alimentarte mejor, etc..). ¿No es ilusorio pretender que alguien haga algo por ti simplemente porque lo deseas? Y entonces culpas a la otra persona por no adaptarse a lo que anhelas. El otro es el "malo" por no ser como tú quieres que seas. La base está en el desajuste de tus expectativas.
Posiblemente ya me lo hayas escuchado otra vez decirlo en clave irónica: es más útil buscar a una nueva pareja que sea como tú quieras que sea a tratar de modificar la tuya para que se adapte a tus expectativas. También estoy convencido de que si la causa de todo está en tus expectativas a esta nueva pareja también acabarás amargándola.
Luego en tu papel de víctima formularás tu pregunta favorita:¿Qué le cuesta hacer X? ¿Qué más le daría hacer Y para que yo me quede tranquila? Recoge la pregunta y háztela a tí :¿Qué me costaría dejar a la gente ser como es?
Te propongo que respondas a la siguiente pregunta: ¿Cuántas veces en tu vida has conseguido (sin amenaza, coacción y otros elementos de presión) que la gente cambie por ti?
No te quemes con ello..Es más sano, útil y reconfortante centrarte en lo que cada uno quiere cambiar de sí mismo y dejar a la gente ser lo que realmente quiere ser.
