Pareciera una obviedad o tal vez en el otro extremo una exageración pero es así: hacer la cama revierte una importancia increíble. Es más, debería ser lo primero que se hace nada más levantarse, antes incluso que ir al cuarto de baño.
Hay una aportación conceptual que se llama "La teoría de las Ventanas Rotas". Publiqué un post sobre esta teoría hace algunos meses. Se aplica para el contagio o el incremento de las conductas de desidia. Para explicar el concepto podemos partir de una situación.
Entras a dos habitaciones: una de ellas está perfectamente limpia y ordenada. La otra tiene de todo: la mesa con miles de cosas, ropa encima de la silla y la cama sin hacer. Ahora para ponerte más cómodo decides quitarte la chaqueta. ¿Dónde la pones en cada habitación? Es posible que en la primera habitación cuides más donde la dejas, ya que desentona con el ambiente. En la segunda habitación "canta" menos que la dejes encima de la cama o de la silla o incluso encima de la mesa.
La Teoría de las Ventanas Rotas surgió de una experimentación sencilla, bastó con observar el entorno. En una casa abandonada unos chicos tiraban piedras a las ventanas. Rompieron algunas y las dejaron así. Pronto fue "deporte olímpico" en el barrio romper el resto de cristales. De alguna forma ya era una conducta (aprobada implícitamente) y normalizada el romper cristales. En cierta medida era ya una "norma" en el entorno. Por supuesto, las ventanas que aún no estaban rotas duraron poco.
Esta teoría encontró su máximo apogeo cuando en el metro de Nueva York bajó drásticamente el número de actos vandálicos al pintar el interior del metro con una pintura que no permitía hacer graffitis sobre ella. Hasta ese entonces, la desidia en el metro, la suciedad y la falta de cuidado, generaban un entorno de permisividad con todoo, de descuido.
Puedes llevar este principio a nivel "micro" a tu vida. Dejas de cuidarte, abandonas tu imagen y llega un día en que incluso te pones unas cholas con calcetines (no exagero). Luego, te pones esa camisa que sólo usabas para estar en casa, y así la "comodidad" ( mejor llamarlo "desidia") te va arrastrando.
Por eso, es importante que hagas la cama, porque cuando te levantas y la haces, de alguna forma rompes esa imagen de permisividad, de dejadez y decadencia. Obviamente, he cogido el ejemplo de la cama pero puede ser otros ejemplos, barrer el suelo, ordenar la ropa. Lo que parece claro es que la desidia llama a desidia.
