Se trata solamente tres palabras, pero las repites varias veces al día. Muchas veces se lo dices a tu familia, a tus amigos, a tus jefes, y sobre todo te las dices a ti mismo/a. Y cada vez que la pronuncias te abandonas en el desamparo que supone pensar que no puedes hacer nada para remediarlo.
Tal vez sea hora de pronunciarla por última vez:
"No tengo tiempo"
Muy pronto vas a tener una oportunidad para dejar esta frase en el olvido.