Por fin parece que Alonso tiene un coche digno. Han sido dos años muy malos en Ferrari corriendo en un pepino con ruedas. No se lo he dicho a nadie, pero a mitad de temporada Alonso estaba tan defraudado con el coche que me pidió mi modesto Opel Astra para el circuito de Mónaco. Lo que pasó es que me lo dijo tarde y en Fred Olsen me dijeron que no era seguro que llegara a tiempo. Me dio pena porque me dijo Alonso que me lo devolvería con el tanque de gasoil lleno y con el cambio de aceite hecho. En fin, otra vez será.
Esperemos que el Ferrari siga ahí, en primera línea. El mejor indicador es que Massa hizo tercero. Y eso quiere decir que el coche esta bien, porque compensa incluso el pilotaje de Massa.
Dicen las malas lenguas que Artur Mas se lavó la mano después de dársela a Alonso porque había tenido en sus manos la bandera española.
