8 may 2013

8 de mayo de 2013: primer aniversario de autónomo



No ha sido fácil, ni mucho menos, pero hoy hace justo un año que me di de alta como autónomo. Típico tópico, pero es cierto lo que les voy a decir el tiempo pasa volando. Y sin embargo siento que ha pasado por mí mucho más que un año, y lo digo  en experiencia, en aprendizaje y también, por supuesto, en nervios, disgustos y gestión emocional. Sí, y pese a ello ha valido la pena.

Hace justo un año fui a la Delegación de Hacienda a tramitar mi alta. La foto que adjunto es real, de hecho constituyó la imagen de uno de los primeros posts de este blog. No eran para nada tiempos fáciles para mí.. Aún reciente el fallecimiento de mi madre, apenas tres meses atrás y una finalización del proyecto en el que trabajaba en el Cabildo. El retraso en aprobar los Presupuestos del Estado generó un efecto en cascada en muchos proyectos que dependían de la designación de una partida económica. A pesar de tener dos años de paro quise "probar" y lanzarme al mundo emprendedor. Tal vez el miedo a lanzarme fue compensado por un miedo mayor que me hizo definitivamente dar el salto. Se trataba del miedo al ¿Y si me arrepiento de no haber dado nunca el salto? Como decía Sabina: No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió. Me lancé de cabeza, aun tenía "sólo" 39 años, casi una vida por delante para recuperarme si me daba el batacazo. Es mejor intentarlo y fracasar que haberme quedado con la duda permanente de que hubiera pasado. Estoy convencido además de que conforme me hiciera mayor mi voz interior sería muy "cabrona" conmigo y me lo habría echado en cara.

Una expresión ha cobrado importancia en este año: gestión de la tesorería. Los gastos son fijos en el calendario, los ingresos no. Los gastos a primero de mes, los ingresos a 30, 45 y a 60 días. Uno de los clientes de mayor peso se retrasó 7 meses en pagarme y me complicó bastante los meses de Diciembre y Enero. Este año la cuesta de Enero fue una verdadera pared, por momentos imposible de escalar.

Luego, la cosa mejoró un poco, pude pagar las facturas, llegar a fin de mes y hasta hubo un día que me pude pagar una cena como Dios manda con mi novia. En todo este tiempo me automotivaba diciendo que estaba escapando en la peor de las situaciones: en el primer año de emprendedor y en una coyuntura económica nacional a internacional altamente grave y preocupante. Así me fui fijando objetivos a corto plazo, llegar a fin de mes, pagar las facturas y luego quizás, ¿quién sabe? con el tiempo podría tener incluso otra cena como Dios manda.

Pero a pesar de todo ha valido la pena. He aprendido a manejar la incertidumbre, a vivir bajo presión, a tener paciencia y control emocional en los momentos duros. También he podido aprender mucho, he profundizado en mis conocimientos, he desarrollado nuevas especialidades y también tengo totalmente atendidos y bien alimentados mis valores principales: autonomía, libertad y crecer.

Ya no soy un optimista ciego. He abierto un ojo, podríamos decir que soy un optimista tuerto. He aprendido que no todo los sueños son reales, pero también que hay realidades que son incluso mejores que los sueños. Repito, ha valido la pena.
Olá! Se você ainda não assinou, assine nosso RSS feed e receba nossas atualizações por email, ou siga nos no Twitter.
Nome: Email:

1 comentarios:

Unknown dijo... at 10:32

Ya sabes David; en el país de los ciegos el tuerto es el rey jejeje. Y creo que estamos muy muy ciegos. Yo tengo un ojo cerrado y el otro con un pequeño parche, cualquier día de éstos me lo quito.

Emprender una nueva andadura aspirando a ser autónoma más la maternidad es una combinación para abrir los ojos pero no para volver a cerrarlos y hacer como que no he visto nada; para saber ver y aprender a observar.

Gracias por tu blog.

Un abrazo.

Ana.

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.