Ocurrió hace unos días. Me llaman al teléfono fijo y me "atacan" con esa pregunta tan impersonal. "Buenas tardes, podría hablar con el titular de la línea". O sea, que está llamando a boleo, poniendo al azar el dedo índice en la línea telefónica. "Soy yo"- contesté. Me dice que llama de Vodafone y tras preguntarme el nombre me lanza una pregunta penosamente formulada.
Señor Hernández, ¿me podría decir por qué no es todavía cliente de Jazztel?
Lo reconozco. Sacó lo peor de mí. Le colgué directamente sin mediar palabra. Sólo me rondaba una frase en la cabeza: ¡qué necesidad tengo de dar explicaciones a gente que no conozco!
Si ya es complicado llamar a puerta fría, hablar así lo complica todo.
Enseguida, por defecto, pensé en una mejor pregunta que podría haber dicho el comercial. Tal vez tras explicarme sus condiciones y hacerme compararlas con Telefónica me podía haber preguntado. "Señor Hernández, ¿qué tendríamos que ofrecerle para que se viniera con nosotros?".
Pero no, ya era muy tarde. Ya estaba metida la pata hasta el fondo. Y tan hasta el fondo que hasta me dio por escribirlo en un post y que ahora tú tienes conocimiento de ello. En cuanto al efecto de publicidad y promoción les ha salido el tiro por la culata. Puto "por qué".
